El diente de León es depurativo, desintoxicante y diurético. Ayuda con la digestión, neutraliza la acidez estomacal, aumenta el caudal de bilis facilitando de ese modo la disolución de las grasas
y previene de los cálculos de la vesícula biliar.
Es un laxante muy suave. Como diurético tiene la ventaja de no despojar al organismo de minerales indispensables.
Su elevado contenido de potasio, vitamina A y C lo valorizan como antioxidante y preventivo del cáncer.
En Japón se comprobó que tiene actividad antitumoral. También actúa contra algunos hongos y bacterias. Es ideal para acompañar tratamientos para la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
*Fresco: Es muy recomendable comerlo crudo en ensalada.
Es similar a la radicheta. Si no resulta agradable su sabor amargo, se puede cortar muy fino y mezclar con zanahoria.
También se puede agregar tomate, cebolla y otras verduras.
*Tisana: Cocimiento con 2 ó 3 cucharadas soperas de hojas desecadas para una taza de agua. Hervir 5 a 10min.
Tomar de 2 a 3 tazas calientes por día, después de las comidas.
